Aproximación al Patrimonio de interés Religioso en América del Sur - Oficina Regional para América Latina y el Caribe UNESCO Mayo 2021

Por MISIONESJESUITAS

Difusión del Patrimonio Religioso del Mercosur

Sergio Raczko

El conocimiento de las expresiones religiosas

El objetivo de nuestro trabajo fue el de promover y difundir el patrimonio cultural jesuítico de manera audiovisual que se concretó en un proyecto que lleva adelante el Estudio de Video Roque González de Santa Cruz desde 1989. Para iniciar esa tarea debimos investigar el tema desde lo arquitectónico filmando primero las misiones guaraníes y consultar a autores como Bartomeu Melià, Ernesto Maeder y Ramón Gutiérrez. Algo curioso sucedió cuando emprendíamos los primeros rodajes de filmación, había aparecido en esos meses el libro “Las Ciudades Perdidas del Paraguay” de los padres jesuitas C. J. Mc Naspy y José María Blanch. Era un tamaño portable, tapa dura, con muchas imágenes, planos de los pueblos, escrito como un diario de viaje, así que nos sirvió para consultarlo en cada misión. Ese libro fue inspirador, para pensar un formato de documental.

Método de trabajo

En primer lugar, había una tarea de lectura de textos, documentación y asimilación de los hechos históricos. Pasamos varios años filmando en Paraguay, Brasil y Argentina, que dieron como resultado cuatro cortos de 20 minutos cada uno, sin texto, universales, sólo música y sonido ambiente. Su estreno fue en la Expo Sevilla ’92, junto con dos maquetas de las Misiones de Jesús y Santísima Trinidad, ambas de Paraguay. En épocas sin internet, ni redes sociales fue un canal de difusión mundial con públicos de diversos idiomas y culturas.

Después de esa exposición, comenzó una etapa de apertura, incluyendo a los pueblos y a su gente, nuevos destinos, primero las Iglesias de Chiloé, luego a San Javier con Florián Paucke y los mocovíes. Un punto más alto serían las Misiones de Chiquitos y de Moxos, verdaderos pueblos vivos, con fiestas patronales, fiscales, patrones de imágenes, rezadoras y cabildos indigenales que nos tomaron examen primero y luego nos brindaron su colaboración. Otro paso muy importante fue armar el rodaje y viajar a conocer estos lugares y su gente, así fuimos completando un concepto en imagen y sonido reales que podían transmitir sensaciones y emociones.

Tanto en Chiloé con sus fiestas patronales y el mundo huilliche, como en la experiencia con los mocovíes en Santa Fe, fueron nuestros primeros contactos con el mundo indígena. Escuchando sus relatos y entrevistando a esos pueblos empezamos a tener la presencia de esas voces en nuestro universo, antes de armar la estructura del guión. Se empieza así a contemplar un elemento intangible en cada documental, sean Fiestas Patronales o Semana Santa.

No sólo se agregan historiadores, arquitectos, musicólogos, antropólogos, sino también caciques, rezadoras, mamitas portadoras de la llave de las iglesias, taitas músicos, fiscales, sacristanes, campaneros, tamboreros, abuelos, artesanos, sacerdotes entre otros. Todos esos actores fueron de importancia en el momento de armar un elenco de voces para contar una historia.

Más tarde llegó una invitación para filmar en San Ignacio de Moxos en el Beni, y de manera simultánea una especial atención en las Misiones de Chiquitos, con sus pueblos que conservaban las tradiciones jesuíticas. El trabajo de campo y el hacer un seguimiento de todas las etapas de una Fiesta Patronal fueron esenciales. Conviviendo en la celebración con los cabildos indígenas, estando presente en todos los momentos y cumpliendo con las invitaciones de los caciques. “Al alba con el repique de campanas, salimos en procesión desde la iglesia” nos dijo el cacique de los “abuelos” en Santiago de Chiquitos y ahí estábamos a las 5 de la mañana con la cámara lista.

Estas acciones que uno tenía como norma para documentar lo que no se veía frecuentemente, fue dando un lugar de aceptación y confianza en los grupos indígenas. De esta manera quedaron registros de momentos poco visibilizados, sin uso de un teleobjetivo a distancia, sino de una cercanía de sólo un par de metros, con un sonido de mucha presencia. Todo esto se traduce en una escena documental, espontánea, donde el tiempo previo de convivencia, juega a favor a la hora de filmar. La presencia con la cámara no interfiere en la ceremonia y como resultado final acerca al espectador como un visitante privilegiado, factores que de alguna manera fueron dándole una raíz más profunda a estos documentales.

El rescate del repique de campanas en Santa Ana y San Rafael de Chiquitos, campanarios de madera abiertos, donde se registra la técnica y el arte de quien lo ejecuta, así como reuniones en los Cabildos, sermones en su lengua nativa, procesiones de distinta envergadura, danzas y cantos fueron las primeras filmaciones en las Fiestas Patronales. Estas escenas fueron tomando un lugar fundamental en la edición, con nuevos contenidos, abordajes de distintas disciplinas y líneas de investigación. Se iba moldeando un estilo narrativo documental que sería un sello de identidad de nuestros filmes.

Datos técnicos y formatos de grabación

Desde los inicios, que llevamos apuntes en libretas físicas, donde luego de una entrevista, se pide el nombre para escribirlo de manera correcta en su aparición en el documental y algún teléfono de contacto por cualquier eventualidad. El papel si se cuida bien, no falla. Ahora se suma el whatsapp y el correo electrónico, con muchos continuamos en contacto y seguimos intercambiando información. Además de filmar, se tomaban fotos de distintos retratos o acciones. Siempre nos ocupamos de compartirles esas fotos a la gente, enviarlas por correo si no viajábamos o llevarlas en mano.

Los formatos de inicio se hicieron con grabaciones Master en S-VHS, Hi 8 , U-Matic, DVCAM hasta llegar a la Memoria digital actual en formato XDCAM en Alta Definición.

Identidad con la voz y la música

Hay un concepto claro para que el documental tenga la identidad de cada país o región. Es el de grabar la locución en off con alguien local, que conozca la fonética de las lenguas indígenas, lo mismo pasa con la elección de la música misional. Estos dos elementos son los que sostienen en la edición, una parte esencial de la estructura del filme. Muchas secuencias se editan sobre una base musical. Se busca que el filme terminado sea representativo de cada país o cada pueblo, que lo tomen como propio y que cada uno pueda promover su historia.

Plataformas de difusión y promoción

Los documentales se difundían primero en videos VHS y luego en DVD, con estuches y una portada diseñada e impresa, donde se leía entre otros datos una síntesis del contenido. En el año 2006 armamos un sitio web www.misionesjesuitas.com y fue una primera plataforma donde podían encontrarnos, comentar y sobre todo consultar desde distintas latitudes. Compartimos unos quince minutos de cada video, que era lo que permitía You Tube. Años después con un Canal de You Tube propio, subimos los filmes completos, y luego los enlazamos con la página web. La posibilidad de llegar a todo el mundo con estos materiales nos conectó de una manera masiva. Simultáneamente se realizaron ciclos de charlas con estos documentales en Embajadas, Organismos y Universidades hasta el 2019. Algunas con exposiciones fotográficas permanentes. Fueron proyecciones en pantalla grande con buen sonido, que permitieron transmitir voces y música de distintos pueblos americanos.

Devolución y agradecimiento

Cuando se termina la edición final de un documental, aparece la necesidad de compartirlo con el público general, pero sobre todo que lo puedan ver los mismos lugareños, quienes participaron activamente en los rodajes. Es fundamental que ellos vean los resultados. Este proceso con sus protagonistas pudo llevarse a cabo en muchas oportunidades, en los atrios de los templos al aire libre, en el interior de sus iglesias, en teatros y auditorios de Universidades.

El Sincretismo

El encuentro de las tradiciones religiosas indígenas con las expresiones cristianas transmitidas por los jesuitas, dio como resultado una asimilación religiosa creativa por parte de los nativos, que puede ser vista como una superposición de creencias indígeno-cristianas o sincretismo.

Un ejemplo puntual

Una experiencia excepcional tuvimos con Lucila Mansilla, una Rezadora y Patrona de la Iglesia de Aldachildo en Chiloé. Cuando fuimos a buscarla para que nos abriera la iglesia, un diluvio impidió que esto se concretara. Pensamos en una tarde perdida, pero ella comentó que guardaba un libro de cantos antiguos que le dejó una anciana rezadora.

Sin dudarlo, y pese al sonido de la lluvia de fondo, fuimos grabando varios “cantos a capella” donde la emoción de Lucila quedó registrada. En el libro había anotaciones que decía: “de las misiones”. Al regresar en otro viaje para filmar la Iglesia llevamos el DVD del documental terminado. Coincidió con la presencia de su nieta y con el deseo de ambas de verlo en ese momento. Otra vez fue la emoción de Lucila y el orgullo de la nieta por estar presente en ese momento. Ahora está instalada en You Tube su historia y puede conmover a mucha gente.

Síntesis

Nuestro trabajo tuvo como premisa, estudiar la línea de tiempo de la historia de las Misiones Jesuíticas. En segunda instancia, visitar las reducciones, las iglesias, observar mucho y tomar contacto con la gente. Con respeto, vivir las fiestas patronales y las expresiones religiosas actuales. El mundo inmaterial de los pueblos nos ayudó a comprender su historia.

Vimos que no había que ceñirse a las misiones guaraníes solamente ni a otras naciones indígenas en particular. Había que abrirse a otras Provincias Jesuíticas, como la de Perú, la de Quito o la Nueva Granada, para poder entender cuál era la idea principal de la obra evangelizadora en América. Reflexionar sobre todo esto y delinear una estructura o guión para transmitir. El producto terminado para lanzar y promover el Patrimonio Religioso debe ser sólido en contenidos, didáctico, ameno, muy atractivo visualmente, con una banda sonora coherente a lo que estamos contando y principalmente: emocionar. Debe ser pensado para público en general y que sea un verdadero disparador, por los medios de difusión y canales habituales.

Si trasladamos esto al Mercosur, es importante llegar a una idea consensuada por los distintos países que lo comprenden, y que debe promoverse como un solo eje, sin fragmentaciones, creando un logo y una gráfica institucional.

Debe usarse un concepto homogéneo uniendo el esfuerzo de los países integrantes, trazando una línea de identidad patrimonial para toda la región, así se llegará con mayor efecto al público receptor.

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Nuestro trabajo en el Estudio de Video Roque González de Santa Cruz está disponible en el sitio www.misionesjesuitas.com donde pueden verse entre otras, las producciones realizadas en Chiquitos (Bolivia), en Chiloé (Chile), en Tañarandy (Paraguay), en Quito (Ecuador) y en Cusco (Perú) donde se destaca el Niño Jesús Inca.

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